Los contaminantes atmosféricos y la salud: las partículas en suspensión

  • Publicado el 04 de Septiembre de 2009

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Las partículas que se inhalan con el aire que respiramos pueden causar efectos negativos sobre la salud.  En el presente artículo se exponen sus orígenes, en qué consisten exactamente y las  consecuencias en nuestro organismo.

Los contaminantes atmosféricos y la salud: las partículas en suspensión

 

¿Qué son?

 

Al respirar inhalamos el aire con los gases, vapores y partículas. La composición de las partículas en suspensión puede ser una mezcla muy variada. Por esto se clasifican según su medida y según cómo se comportan al respirar, más que no según lo que contienen. Así hay las partículas de diámetro aerodinámico igual o inferior a 10 (PM10) que suelen ir más allá de la garganta. Las que tienen un diámetro igual o inferior a 2,5  (PM2,5) pueden llegar hasta los pulmones.

Finalmente hay las partículas ultrafinas, con un diámetro igual o inferior a 0,1m, que pueden llegar a pasar del alveolo pulmonar a la sangre.


¿De donde proceden?


En zonas urbanas la fuente principal es el tránsito. Se generan sobre todo por la combustión de los motores, pero también por el roce de las ruedas con el pavimento. Los humos de los motores diesel están formados en gran parte de partículas finas y ultrafinas de hidrocarburos, que son fruto de una combustión incompleta.

Por esto el uso creciente de diesel preocupa desde el punto de vista ambiental. También hay partículas de origen natural (aerosoles marinos, erosión) o por otras actividades humanas (obras públicas y construcción, mineria, fabricación de cerámicas o cemento...).

La suspensión y resuspensión de las partículas es más marcada en episodios de sequía. Esto hace que se detecten niveles más elevados de partículas en años de sequía, frecuentes en Barcelona.


¿ Por qué nos preocupan?


Las partículas en suspensión presentes a el aire causan efectos negativos sobre la salud. Esto se ha demostrado tanto por las partículas finas como por las gruesas. Afectan especialmente al aparato respiratorio y el sistema cardiovascular.

Se ha demostrado que la exposición a largo plazo de partículas en concentraciones relativamente bajas, habituales en el medio urbano, puede afectar a los pulmones tanto de niños como de adultos. Esto puede causar la pérdida de varios meses de esperanza de vida, sobre todo en personas con enfermedades cardíacas y pulmonares.

Las partículas más finas son más peligrosas. Otras características físicas, químicas y biológicas pueden influir en la aparición de efectos negativos para la salud.
Hay colectivos más propensos a tener problemas de salud debido a las partículas presentes en el aire, especialmente la gente grande, niños, personas con enfermedades cardíacas y pulmonares, y los asmáticos.


¿Qué efectos tienen sobre la salud?


Las partículas ultrafinas probablemente son capaces de causar más problemas que las partículas más grandes y pueden comportar riesgo de morir por enfermedad de corazón isquémica o arítmia fatal. Parece que los pulmones dejan pasar fácilmente estas partículas del aire inspirado hasta la sangre.

También se apunta a que el aumento en la concentración de PM2,5 causa un aumento de la frecuencia cardíaca y un mayor riesgo de padecer arítmia.

 

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