"Estamos en un día histórico. Los países han adoptado por consenso la estrategia para disminuir el consumo dañino del alcohol a través de políticas de salud pública", dijo a la prensa el director del área de Salud Mental y Abuso de Substancias de la OMS, Kekhan Saxena.
El acuerdo tendrá que ser refrendado por la Asamblea Mundial de la Salud, en la que participan delegaciones de cerca de dos centenares de países. No obstante, ese procedimiento se considera un formalismo tras haberse logrado hoy el apoyo político de los países.
El consumo nocivo de bebidas alcohólicas provoca la muerte de al menos 2,5 millones de personas cada año, de las que 320.000 son jóvenes entre 15 y 29 años. Además, el alcohol es el mayor factor que puede prevenirse en la aparición o agravamiento de las enfermedades cardiovasculares, la cirrosis y varios tipos de cáncer, explicó Saxena.
Los estudios científicos han determinado asimismo el vínculo directo entre el alcohol y el riesgo de adquirir enfermedades de transmisión sexual, particularmente el sida, al tiempo que se ha establecido una relación causal con la aparición de tuberculosis. "Eso significa que no se puede lograr un control efectivo de la tuberculosis sin abordar el asunto del consumo de alcohol", indicó por su parte el experto de la OMS, Vladimir Poznyak.
El alcohol es un elemento igualmente determinante en situaciones como los accidentes de tráfico, la violencia y el suicidio.
Durante varios años, los intentos por aprobar una estrategia común a todos los países para reducir el uso nocivo del alcohol fueron frustrados por el desacuerdo de algunos países productores y exportadores de ese tipo de bebidas, una situación que hoy quedó finalmente superada.
Poznyak señaló que la estrategia se divide en varios ámbitos, entre los que destacó los relacionados con la concienciación desde los niveles comunitarios hasta nacionales de los daños directos e indirectos del alcohol, la formación del personal sanitario para prevenir el alcoholismo y las medidas para evitar el consumo de alcohol cuando se va a conducir.
También destacó que la estrategia aborda las cuestiones de la disponibilidad del alcohol, la regulación de la publicidad y las políticas de precios. Con esta estrategia se busca también reducir el consumo del alcohol fabricado y distribuido de manera ilícita, y que se estima supone entre el 30 y el 50 por ciento del consumo en muchos países.
Los países no están jurídicamente obligados a aplicar cada punto de esta estrategia, lo que no fue visto de manera negativa por Poznyak.
A ese respecto, recordó que ese es el caso de la mayoría de acuerdos de la OMS -como los alcanzados contra el tabaco o el fenómeno de la obesidad-, a pesar de lo cual tienen un importante nivel de cumplimiento.