Atragantamientos

  • Publicado el 11 de Julio de 2011

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La presencia de un cuerpo extraño en las vías respiratorias puede impedir el paso de aire y la respiración adecuada, y puede causar la muerte de una persona.

. Las muertes por asfixia se dan, en general, en niños menores de tres años y en personas mayores, pero pueden pasar a cualquier edad.

 

  • Si la persona afectada respira, animadla a toser y a no hacer nada más;

 

  • Si muestra señales de fatiga o deja de toser o respirar, dadle cinco golpes muy fuertes en la espalda con la palma de la mano muy abierta, entre los dos hombros;

 

  • Si los golpes en la espalda fallan, intentad realizar la maniobra de Heimlich, que consiste en hacer compresiones abdominales, con la persona accidentada recta, de forma que el movimiento solucione la obstrucción de las vías respiratorias, y que cause la expulsión de aquello que las obstaculiza. Rodearle la cintura por detrás con los brazos y haced fuerza con los puños hacia adentro y hacia arriba, a la altura del estómago;

 

  • En lactantes menores de un año no se puede esta última maniobra porque podrían lesionarse órganos internos. En este caso, colocad al bebé boca abajo con la cabeza más baja que el resto del cuerpo y apoyado en vuestro brazo. Dadle los cinco golpes secos y enérgicos en la espalda (entre las escápulas), y a continuación giradlo. En posición hacia arriba, hacedle cinco compresiones sobre el esternón –en el punto medio entre los dos pectorales (pezones)– con los dedos índice y corazón, hasta que escupa el cuerpo extraño. Si no respira, practicádle las compresiones torácicas; y

 

  • Si la persona pierde el conocimiento y deja de respirar con normalidad, iniciad las compresiones torácicas cómo si hiciérais maniobras de reanimación cardiopulmonar. No dejéis de hacerlo hasta que lleguen los sistemas de emergencias.

 

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